domingo, 18 de agosto de 2013

Extrañas sensaciones

   Buenos dias! Antes de nada decir que estoy escribiendo con un teclado americano y no tengo ni tildes, ni todos los signos de interrogacion, exclamacion, etc. No quiero que penseis que peco de faltas ortograficas. Lo corregire cuando este en mi ordenador. Lo primero es lo primero, hoy me he levantado con la inspiracion por las nubes y no puedo desaprovecharla.

  Como ya dije en el post anterior ando por California. Esto es increible, me encanta! Siento que estoy siendo infiel a Minnesota...Son tantas las sensaciones que estoy viviendo aqui que no se por donde empezar, porque tengo poco tiempo ahora mismo y quiero dejar una entrada publicada. 

   Esta bien, esto creo que refleja como me siento...Hace dos dias vivi una de las experiencias mas intensas de mi vida. De repente note mariposas por todo mi cuerpo, mareo, ganas de llorar incluso...todas esas cosas que suenan tan peliculeras pero que solo el que las vive puede jurar que son verdad.
Parece que me dispararon una flecha y se ha quedado atascada. Efectivamente, me he enamorado. El culpable es este lugar...Su nombre es San Francisco. Al principio de este viaje me plantee varios objetivos. Uno de ellos era enamorarme: de las personas, de los lugares, de la vida. Vivir cada experiencia al maximo. Y parece que lo voy conseguido.

   Esa cosa tan rara que me paso decidi llamarla en un principio "Sindrome del turista". Los sintomas son esos que he explicado antes. Pero luego elimine la palabra turista. Realmente no me sentia ajena a este lugar, la ciudad consiguio atraparme y me senti verdaderamente parte de ella, no una simple visitante.
Estaba en estado de extasis. Entonces como llamo a esta enfermedad tan particular? Creo que puedo decir que he encontrado mi sitio, tengo ganas de vivir por esta zona, aunque para una nomada como yo existen muchos sitios en el mundo para probar.

   Llevo ya mas de una semana en California. Y hace dos dias cogi el tren (por fin un transporte publico en condiciones!) desde Castro Valley hasta San Francisco. Me fui sola a explorar por ahi. Me encanta hacer eso: sin planear, sin mapa...solo con unas buenas zapatillas y a recorrer la ciudad. Perderme, encontrarme y caminar sin parar. Es mi forma favorita de conocer los lugares. Despues le contaba orgullosa mi p
roeza a un amigo y se echaba las manos a la cabeza, segun el no puedo conocer una ciudad entera solamente andando. Y por que no? Odio los autobuses esos que hacen tours, me hacen sentir demasiado turista. Una vez me subi a uno con unos amigos en Viena y nos quedamos todos dormidos escuchando al guia electronico…No lo recomiendo.

   Me despido por ahora porque voy con un poco de prisa, pero tengo mil cosas por contar!!

“La dolce vita:
To dream anything that you want to dream, that is the beauty of the human mind.
To do anything that you want to do, that is the strength of the human will.
To trust yourself, to test your limits, that is the courage to succeed.”
(Bernard Edmonds)

   Soñar es gratis amigos, hay que creer tambien firmemente en hacer lo que uno quiere. Despues de eso, el siguiente paso es probarse a uno mismo, pero siempre confiando en que se es capaz de conseguir lo que se desea. Solo hay que creerselo y nuestros pies llegaran lejos!




 Descansando las zapatillas en el Embarcadero de San Francisco.



 

martes, 13 de agosto de 2013

Improvisando

   ¡Muy buenas! Otra vez me he vuelto a colar y no he publicado nada desde hace bastantes días. Aunque por otro lado es buena señal de que estoy bastante ocupada.

   ¿Cómo resumir lo vivido hasta ahora? Ha sido un cúmulo de experiencias, no me da tiempo a asimilarlo todo. Estas últimas semanas no he parado de conocer gente muy "nice" y descubrir nuevos lugares. Especialmente quería plasmar un fin de semana de esos completitos, en los que cuando llega el domingo por la noche te paras a pensar y dices: -¡No ha faltado de nada! 

   Todo empezó un viernes por la tarde al terminar mis labores de nanny. Cargué la furgo con una caja de cervecitas americanas que vienen en un pack muy oportuno para fiestas y me encaminé una vez más a Minneapolis con ayuda del gps (menos mal que los mapitas éstos están de moda, sino no sé qué sería de mí...). Una vez más un atardecer desde la carretera, y sin previo aviso aparecen los rascacielos...el sol de frente y la música americana en la radio: sensación indescriptible. -Llegada a su destino.- me dice el gps. A partir de aquí los acontecimientos se suceden rápidamente...

   Volviendo a mis reflexiones del domingo, echo la vista atrás y se me planta una sonrisa en la cara acordándome de esa noche del viernes en una terraza de un rincón del noreste de la ciudad, compartida con amigos, bailes, guitarras y muchas risas. Después llega el sábado: día en el lago con más amigos nuevos. Hay una pequeña comunidad de "Españoles en Minneapolis" que se hacen compañía en este sitio tan lejano, pero hay cabida para todo el mundo. Me encantó compartir ese día con gente de todas partes: México, Colombia, Suecia, África, USA, y como no, España ( con su pequeña representación desde Segovia, Córdoba y Granada). Se me hizo super raro estar hablando Spanglish y escuchar canciones del verano en la playa de Minnesota. Pues seguimos improvisando el fin de semana y decidimos salir esa noche. Pero antes había que volver al coche, a casa, etc. Y como yo tenía la furgo aparcada en una zona del lago más cercana me tocó repartir a cada uno a su sitio, pero para eso había que llegar hasta allí...espera colega, ¿dónde está mi coche? Después de andorrear medio lago y consultar con el gps varios parkings cercanos, conseguimos encontrarlo. Se había escondido, no era mi culpa...Parece que la versión de la película Dude, where is my car? me persigue en la realidad. Esa misma noche también se volvió a esconder entre las plantas del parking...esta furgo es muy graciosa ella. Bueno, volviendo a aquella parte del sábado...con mi compañera mexicana, ¡órale! que nos fuimos otra vez a la aventura a ver cómo estaba de bonita la ciudad por la noche. ¡Y vaya si estaba bonita! Mucho ambiente en el downtown, pero a una hora más temprana que a la que estoy acostumbrada en España. ¡A las 2.30 a.m. que cierran! Esto se lo cuento a mis amigos juerguistas y se echan las manos a la cabeza...luego o vas a un restaurante que si sigue abierto, a los afters clandestinos o a los particulares en casa de cada uno. Eso no quita que uno se lo pase bien, pero el concepto de fiesta aquí es diferente. Mi compañera local me explica que sabiendo antes de salir que tienes "x" horas para que la fiesta se acabe, intentas aprovecharlas al máximo...de ahí que los americanos beban todo tan rápido, para que no les cierren. Es comprensible. Y todo el rato me preguntan los que son de aquí que compare con España. Y yo encantada les cuento que allí se sale hasta el desayuno del día siguiente, sin prisa pero sin pausa...y ellos me miran con ojos fascinados y me dicen que quieren ir. Las comparaciones son odiosas, no me gusta andar todo el tiempo comparando un lugar con otro, pero es inevitable. Eso no significa que aquéllo sea mejor que esto, son costumbres diferentes y cada lugar es especial por todo lo que lo caracteriza.

   Entonces, después de ver la locura de los clubs americanos en directo (barras de baile y tragos a las 12.00 a.m. que las camareras reparten sin ton ni son, como la cosa más normal del mundo), de  jugar al escondite con la furgo, de intentar llegar a un after en no sé qué sitio o encontrar algo abierto a esa hora...repartí a cada uno en su lugar porque se me quedaban dormidos por el camino, y para St.Paul de nuevo. Esta gente no me sigue el ritmo...

   Y llega el domingo...Otro día improvisado con mi compañera de locuras. El único plan previsto era ir cerca del farmer market (el mercadillo de por aquí) con una amiga que conocí la semana anterior allí mismo, otro ejemplo de minnesotanos nices. El lugar de reunión era un café muy alternativo, el Black dog Coffee, en el lowertown de St.Paul. Una vez allí la gente se va juntando para hacer música y bailar. Sin darnos cuenta estábamos tocando diferentes instrumentos y participando en aquella jam-session totalmente improvisada. La mañana se fue alargando hasta el medio-día, después hasta la tarde...y nos acordamos de que teníamos hambre. Uno de los músicos se ofreció a llevarnos a un sitio que estaba cerca, por lo que no hacía falta el coche y podíamos ir caminando. Pero nos "engañó" y el camino se hizo más largo de lo que esperábamos. Recorrimos en downtown desierto, era domingo y la gente de negocios no tenía que ir por allí. Atravesamos la ciudad por dentro de los edificios  pasando por los skyways, que son unos puentes que unen un rascacielo con otro para no tener que pasar frío en invierno cuando las temperaturas exteriores amenazan con congelarte. Seguimos haciendo música en uno de los muchos pianos que encuentras en plena calle. Jugamos a ser fotógrafos y a filosofar de lo que queríamos hacer en la vida antes de morir. Y al final, cena a la italiana en un restaurante en la otra punta de la ciudad.



Nokomis Lake, la playa de Minnesota.
Jam session Black Dog Coffee, lowertown St.Paul

Música en pleno dowtown St.Paul


   Es impresionante la conexión que se crea entre personas que no se conocen de nada y de repente se dan cuenta de que tienen en común mil cosas que compartir.

   Y ahora me despido desde California. Aprovechando que tengo semanas libres me he venido a visitar a mi gran compañera viajera, que acaba de llegar de Granada y ha dejado media vida allí. Ella busca la forma de volver y yo de quedarme por aquí...Llegué hace ya unos días, pero este episodio se merece otra entrada, así que por ahora decir que esto me encanta y que echo de menos a Minnesota y sus minnesotanos...

....y antes de morir quedan tantas cosas por hacer.


  

jueves, 1 de agosto de 2013

Un paseo para recordar


   ¡Buenas tardes! Hoy estoy especialmente de buen humor, será porque ha salido el sol después de unos cuántos días de tormentas de verano. Aquí las temperaturas cambian bruscamente, hay que estar preparado para grandes saltos. El verano es muuuuuuy caluroso, el invierno es muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy frío. No me puedo imaginar cómo será esto cuando llegue la nieve...me da un poco de miedo, aunque no sé si podré verlo, pero me encantaría. Cuando miro los lagos pienso en cómo serían congelados. Ahora están a "tuti pleni" en modo playa. Ya sé que no es una playa de verdad, pero tiene su encanto.Socorristas, barcos de vela, piraguas...no falta detalle.

   Estaba deseando contar lo bien que me lo pasé ayer, como una niña chica. Allá que me fui con la furgo a explorar Minneapolis, con la suerte de contar con el mejor guía criado aquí y con su perspectiva propia de los caminos que recorren esta ciudad. Fue una tarde-noche de ésas que yo llamo "perfectamente planeadas". Hubo de todo: paseo por el Missisipi, atardecer en primera fila desde el puente de Saint Anthony Falls , vistas increíbles del Downton northeast, más vistas privadas desde el Guthrie Theatre,encendido de rascacielos una vez más, concierto en el parque, cena en una terraza y coindiciendo que a las 0:00 decenas de personas del mismo sexo se reunían en el ayuntamiento para celebrar que un día la ley cambió y podían casarse. Minneapolis es la segunda ciudad después de San Francisco con mayor población homosexual de los Estados Unidos. En fin, parecía que nada había sido improvisado y las calles tenían un ambiente particular para ser un día de diario.Todo eso acompañado de una buena conversación mezclada con mil idiomas y con mucho slang americano.

   Quizá esto suene a algo normal que cualquiera puede hacer en su día a día, pero para mí fue muy especial. Quizá viendo algunas fotos me entendáis mejor...
Atardecer desde Saint Anthony Falls. Me sentí verdaderamente "guiri" venga a hacer fotos cuando me planté delante de estas cascadas.

Paseando por el puente mientras se observa el Dowtown. A la izquierda el Mill City Museum en el Missisipi Riverfront, una antigua fábrica de harina que se quemó y se conserva parte de la fachada.
El edificio negro es el Guthrie Theatre, y desde la rampa que sobresale hay un mirador exterior. Con suerte puede ser privado si coincide que toda la gente está dentro viendo alguna obra.

Sin palabras...
Y en este pequeño rincón del parque, de repente nos encontramos con un escenario secreto: un pequeño arco deja ver a través de él.
















   Y con este buen sabor de boca quiero despedirme por ahora, ¡hasta la próxima.caminantes!