martes, 13 de agosto de 2013

Improvisando

   ¡Muy buenas! Otra vez me he vuelto a colar y no he publicado nada desde hace bastantes días. Aunque por otro lado es buena señal de que estoy bastante ocupada.

   ¿Cómo resumir lo vivido hasta ahora? Ha sido un cúmulo de experiencias, no me da tiempo a asimilarlo todo. Estas últimas semanas no he parado de conocer gente muy "nice" y descubrir nuevos lugares. Especialmente quería plasmar un fin de semana de esos completitos, en los que cuando llega el domingo por la noche te paras a pensar y dices: -¡No ha faltado de nada! 

   Todo empezó un viernes por la tarde al terminar mis labores de nanny. Cargué la furgo con una caja de cervecitas americanas que vienen en un pack muy oportuno para fiestas y me encaminé una vez más a Minneapolis con ayuda del gps (menos mal que los mapitas éstos están de moda, sino no sé qué sería de mí...). Una vez más un atardecer desde la carretera, y sin previo aviso aparecen los rascacielos...el sol de frente y la música americana en la radio: sensación indescriptible. -Llegada a su destino.- me dice el gps. A partir de aquí los acontecimientos se suceden rápidamente...

   Volviendo a mis reflexiones del domingo, echo la vista atrás y se me planta una sonrisa en la cara acordándome de esa noche del viernes en una terraza de un rincón del noreste de la ciudad, compartida con amigos, bailes, guitarras y muchas risas. Después llega el sábado: día en el lago con más amigos nuevos. Hay una pequeña comunidad de "Españoles en Minneapolis" que se hacen compañía en este sitio tan lejano, pero hay cabida para todo el mundo. Me encantó compartir ese día con gente de todas partes: México, Colombia, Suecia, África, USA, y como no, España ( con su pequeña representación desde Segovia, Córdoba y Granada). Se me hizo super raro estar hablando Spanglish y escuchar canciones del verano en la playa de Minnesota. Pues seguimos improvisando el fin de semana y decidimos salir esa noche. Pero antes había que volver al coche, a casa, etc. Y como yo tenía la furgo aparcada en una zona del lago más cercana me tocó repartir a cada uno a su sitio, pero para eso había que llegar hasta allí...espera colega, ¿dónde está mi coche? Después de andorrear medio lago y consultar con el gps varios parkings cercanos, conseguimos encontrarlo. Se había escondido, no era mi culpa...Parece que la versión de la película Dude, where is my car? me persigue en la realidad. Esa misma noche también se volvió a esconder entre las plantas del parking...esta furgo es muy graciosa ella. Bueno, volviendo a aquella parte del sábado...con mi compañera mexicana, ¡órale! que nos fuimos otra vez a la aventura a ver cómo estaba de bonita la ciudad por la noche. ¡Y vaya si estaba bonita! Mucho ambiente en el downtown, pero a una hora más temprana que a la que estoy acostumbrada en España. ¡A las 2.30 a.m. que cierran! Esto se lo cuento a mis amigos juerguistas y se echan las manos a la cabeza...luego o vas a un restaurante que si sigue abierto, a los afters clandestinos o a los particulares en casa de cada uno. Eso no quita que uno se lo pase bien, pero el concepto de fiesta aquí es diferente. Mi compañera local me explica que sabiendo antes de salir que tienes "x" horas para que la fiesta se acabe, intentas aprovecharlas al máximo...de ahí que los americanos beban todo tan rápido, para que no les cierren. Es comprensible. Y todo el rato me preguntan los que son de aquí que compare con España. Y yo encantada les cuento que allí se sale hasta el desayuno del día siguiente, sin prisa pero sin pausa...y ellos me miran con ojos fascinados y me dicen que quieren ir. Las comparaciones son odiosas, no me gusta andar todo el tiempo comparando un lugar con otro, pero es inevitable. Eso no significa que aquéllo sea mejor que esto, son costumbres diferentes y cada lugar es especial por todo lo que lo caracteriza.

   Entonces, después de ver la locura de los clubs americanos en directo (barras de baile y tragos a las 12.00 a.m. que las camareras reparten sin ton ni son, como la cosa más normal del mundo), de  jugar al escondite con la furgo, de intentar llegar a un after en no sé qué sitio o encontrar algo abierto a esa hora...repartí a cada uno en su lugar porque se me quedaban dormidos por el camino, y para St.Paul de nuevo. Esta gente no me sigue el ritmo...

   Y llega el domingo...Otro día improvisado con mi compañera de locuras. El único plan previsto era ir cerca del farmer market (el mercadillo de por aquí) con una amiga que conocí la semana anterior allí mismo, otro ejemplo de minnesotanos nices. El lugar de reunión era un café muy alternativo, el Black dog Coffee, en el lowertown de St.Paul. Una vez allí la gente se va juntando para hacer música y bailar. Sin darnos cuenta estábamos tocando diferentes instrumentos y participando en aquella jam-session totalmente improvisada. La mañana se fue alargando hasta el medio-día, después hasta la tarde...y nos acordamos de que teníamos hambre. Uno de los músicos se ofreció a llevarnos a un sitio que estaba cerca, por lo que no hacía falta el coche y podíamos ir caminando. Pero nos "engañó" y el camino se hizo más largo de lo que esperábamos. Recorrimos en downtown desierto, era domingo y la gente de negocios no tenía que ir por allí. Atravesamos la ciudad por dentro de los edificios  pasando por los skyways, que son unos puentes que unen un rascacielo con otro para no tener que pasar frío en invierno cuando las temperaturas exteriores amenazan con congelarte. Seguimos haciendo música en uno de los muchos pianos que encuentras en plena calle. Jugamos a ser fotógrafos y a filosofar de lo que queríamos hacer en la vida antes de morir. Y al final, cena a la italiana en un restaurante en la otra punta de la ciudad.



Nokomis Lake, la playa de Minnesota.
Jam session Black Dog Coffee, lowertown St.Paul

Música en pleno dowtown St.Paul


   Es impresionante la conexión que se crea entre personas que no se conocen de nada y de repente se dan cuenta de que tienen en común mil cosas que compartir.

   Y ahora me despido desde California. Aprovechando que tengo semanas libres me he venido a visitar a mi gran compañera viajera, que acaba de llegar de Granada y ha dejado media vida allí. Ella busca la forma de volver y yo de quedarme por aquí...Llegué hace ya unos días, pero este episodio se merece otra entrada, así que por ahora decir que esto me encanta y que echo de menos a Minnesota y sus minnesotanos...

....y antes de morir quedan tantas cosas por hacer.


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario